La empresa frente a los riesgos en viajes de trabajo o de expatriados: prevenir y actuar
Todos somos conocedores de los nuevos o los crecientes riesgos, tanto sanitarios como de seguridad, a los cuales los viajeros corporativos o expatriados y sus familiares se enfrentan, cada vez con mayor frecuencia.
El reto de la empresa para la que viajan es cada vez mayor y más complejo. Además, existen unas obligaciones legales que cumplir, aparte del deber moral e incluso el deseo de transmitir a sus empleados que su empresa hace el máximo esfuerzo por velar por su seguridad en viaje.
Igualmente, se trata de maximizar la inversión que la empresa hace al correr con el coste del viaje o expatriación, tratando de evitar o minimizar al máximo posible pérdidas de horas de trabajo.
En este terreno, en España vuelve a darse la circunstancia de que tenemos bastante que aprender sobre prácticas que ya están muy extendidas de manera intrínseca en la empresa y son comunes en otros países. Bajo nuestro punto de vista, más bien pronto que tarde se implantarán de forma generalizada en las empresas de nuestro país.
La actuación en tres líneas: pre, durante y post viaje debe conformar una misma política de control del riesgo. Es importante tener reunido en un solo punto de operaciones y gestión la respuesta sanitaria, de seguridad y la de asistencia en viaje.
Con un buen plan previo al viaje (plan de contingencia) se conseguirá que tanto el viajero, como el personal gestor en la empresa, planifiquen y afronten respectivamente el viaje con el máximo conocimiento del nivel de riesgo médico o de seguridad al que se pueden enfrentar, y cómo gestionarlo llegado el caso de que se produzca una incidencia.
Si se ha elaborado un buen plan de acción, tanto la empresa como el viajero sabrán perfectamente los pasos a seguir y las acciones a realizar de manera clara y concisa si se llega a dar cualquier incidencia en el transcurso del viaje. De esta manera, cada parte y persona implicada sabría perfectamente cuál es su papel y qué acción concreta deberá ejecutar en cada momento.
El plan post viaje ayudará a eliminar o reducir los efectos residuales de la incidencia vivida, y tal vez a reducir o controlar los posibles costes derivados. Si la empresa y empleado han actuado siguiendo adecuadamente lo que de inicio era un plan de acción bien elaborado, la incidencia servirá de ejemplo y tranquilidad al resto de viajeros.
La respuesta en cualquiera de estos aspectos, que pueden ir entrelazados unos con otros para determinadas incidencias, debe ser inmediata y eficaz al máximo, desde que el viajero o expatriado comunica su emergencia hasta que ésta es atendida. Si desde el primer contacto la persona es atendida ya por personal especializado y en su propio idioma, los tiempos se acortan sustancialmente y el empleado en viaje tendrá una gran tranquilidad.
Por último, la empresa debe vigilar que exista una buena armonización, equilibrio y sincronización entre seguro / servicios finales de asistencia / herramientas a su disposición.