La búsqueda del equilibrio entre la esfera personal y profesional es una tendencia cada vez más afianzada entre los viajeros de negocios. Este propósito, que no es nuevo, intenta acortar los desplazamientos, preferentemente para una duración entre 48 y 72 horas. Se trata de una corriente más instaurada en grandes multinacionales, donde la optimización del tiempo es esencial.
Según explica Bizaway,
la plataforma de gestión de viajes corporativos, “el tiempo es uno de los
intangibles más valorados en la actualidad por cualquier trabajador”.
Precisamente, la división del tiempo es una de las variables que más calcula cualquier empleado en el que los viajes de negocios forman parte de su rutina. Como respuesta a esta necesidad, cada vez más surgen tendencias como los viajes exprés.
Si bien esta disciplina ha cobrado especial relevancia en
los últimos años en nuestro país, lo
cierto es que no es algo nuevo, ya que se trata de una corriente muy instaurada
en grandes multinacionales, donde la
optimización del tiempo es el factor principal en cualquier estrategia
empresarial.
Sin embargo, más allá de la importancia que tiene el tiempo,
tras la pandemia el contacto humano se ha vuelto uno de los factores más
buscados en las relaciones comerciales. Por ello, los viajes de negocios siguen
siendo muy importantes para que las empresas adquieran un mayor
posicionamiento.
Estas son las ventajas de los viajes exprés, según Bizaway:
Ahorro económico. Cuantos
menos días se viaje, más bajan los gastos. Menos días de pernoctación, menos
dietas y menos gastos en transporte por las ciudades. Los viajes exprés
garantizan una reducción de costes, así como un mayor control en los gastos. Al
quedar concentrados, las facturas no van acumulándose. Además, en muchas
ocasiones se pueden encontrar ofertas interesantes cuando se viaja entre semana
y por un período de corta duración.
Reto personal. Cuando se viaja por negocios, la organización, la puntualidad y la agilidad son los factores que más protagonismo cobran. Los desplazamientos fomentan la curiosidad y el autoconocimiento de uno mismo, al tener que concentrar todas las habilidades personales en economizar en un menor tiempo cualquier actividad empresarial que surja durante la estancia. Además, sin olvidar el objetivo del viaje, es importante saber conectar de forma correcta el trabajo con todos los aspectos que supone un traslado de ciudad.
Conciliación familiar. Probablemente, el factor de éxito de esta modalidad de trabajo no sea otra que la conciliación laboral. Un menor tiempo viajando supone la inversión de más tiempo con familiares y amigos. Algunos viajes de corta duración permiten incluso ir y volver en un solo día, con lo que es más fácil compartir tiempo con el entorno personal.
Refuerzo de la imagen corporativa. La confianza y comunicación interpersonal son los factores que, con una pantalla por delante, cuesta más lograr. La presencia física de un trabajador en el lugar de reunión transmite proactividad, preocupación y voluntad de facilitar el trabajo de las partes implicadas en cualquier proceso de negocio.