Un 60% de las cadenas hoteleras considera que Barcelona no recuperará la actividad hasta 2024 y 2025. En contraste, Madrid es la ciudad que mayor confianza genera entre los inversores. De los destinos de interior, un 31% considera que en 2022 ya se alcanzarán los niveles previos a la pandemia. Son algunas de las conclusiones del segundo informe Hotel Operator Beat, elaborado por Cushman & Wakefield Hospitality.
El estudio, elaborado con la opinión de compañías hoteleras que agrupan un total de 1.700 establecimientos y más de 127.000 habitaciones en España y Portugal, demuestran que las previsiones más optimistas de 2020 no se han confirmado por la complicada situación sanitaria global.
Bruno Hallé, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España, señala que “la opinión de los directivos de las cadenas hoteleras demuestra que los planes sobre actividad ya miran hacia 2023 y solo en destinos muy concretos se espera que el 2022 se desarrolle como en los años prepandémicos”.
Madrid es el destino en el que los hoteleros depositan más confianza, ya que un 81% considera que recuperará el ritmo turístico en 2023, mientras que solo un 37% confían que eso pase en Barcelona.
En cuanto a rapidez, los hoteleros creen que se recuperarán más rápido los destinos vacacionales: hasta un 34% creen que en 2022 ya se obtendrán cifras óptimas.
En cuanto a los destinos de montaña y de interior, se ven favorecidos por una demanda creciente
de destinos de proximidad y entornos naturales, en los que la sensación de
seguridad sanitaria es mayor. Por esta razón, un 65% de las cadenas piensan que
recuperarán las cifras de 2019 entre 2022 y 2023 en los destinos de interior.
Un porcentaje similar en los destinos de montaña, un 63%.
Solo el 21% de las cadenas hoteleras dicen mantener sus planes de desarrollo sin ningún retraso.
Por el contrario, un 51% reconocen acumular retrasos de hasta un 30%; y un 16%
reconoce que más de un 50% de los proyectos se ralentizan.
Las causas que están llevando a retrasar o paralizar
proyectos son variadas pero la obtención de financiación es la principal razón en un 30% de los casos que,
junto con un 15% de problemas de capital,
son la mayor razón para ralentizar los proyectos. Otras razones importantes son
los cambios en las situaciones
comerciales, con un 26% y el incremento
en los costes del proyecto, con un 19%.
El contexto incierto ha generado que en las negociaciones de renovación o de nuevos contratos hoteleros se hayan impuesto tendencias para ofrecer una mayor flexibilidad de manera que el riesgo se equilibre entre todas las partes.
En este sentido, la mayoría de los contratos han introducido cláusulas que podríamos definir de
pandémicas con el objetivo de que, tras la experiencia vivida, no sea necesario
reabrir negociaciones, en caso de falta de visibilidad como sucedió a partir de
marzo de 2020.
Las cadenas hoteleras entrevistadas reconocen que los contratos de renta variable están creciendo en un 63%, mientras que los de renta fija están claramente en descenso por la necesidad de flexibilización por parte de los operadores.
Las cadenas hoteleras consideran que los destinos más interesantes de España y Portugal en los cuales siguen teniendo puesto el foco para su crecimiento son, por este orden, Madrid, Málaga, Sevilla, Lisboa y Oporto.
Por detrás queda Barcelona, que acusa un desgaste con una puntuación del 3.8, una décima inferior a la del año pasado, cuando el resto de las ciudades han crecido en interés durante este ejercicio 2021.
La opinión de los operadores hoteleros sobre Barcelona contrasta con la de los inversores, ya que en el último informe Investor Beat señalaban la capital catalana como la más interesante de Europa para la inversión hotelera.